Me encontraba inmersa en mi universo de dudas, preguntas, intentando buscar el porqué me hacía sentir así cuando nunca quise sentirlo, siempre quise vivir por mi y para mi, ahogándome en mi jaula de gruesos barrotes en el que me encontraba a salvo de todo y a la vez todo me hería. Pero una parte de mi cerebro libró una batalla contra el transparente y macizo caparazón de hierro... ganando así mi parte tenaz y luchadora, la que en verdad si quería tener una sonrisa en la cara, un motivo por el que sonreír, uno por el que vivir. Poco a poco mi tenacidad se fue apoderando de mi consiguiendo que nada más importante que esa persona que, la única que había conseguido no sentirme ausente para el mundo, la única para la que no era invisible y la única que había despertado ese sentimiento en mi. Fui desenvolviéndome en toda la trama en la que yo misma me había metido con el miedo que genera la duda al pensar que algún día todo eso que me hacía sentir viva se iría matándome y rematándome de nuevo sin la esperanza de que algún día algo me resucitase. Mi negatividad, me jugaba malas pasadas a menudo, haciendo llevar todo al extremo contrario de la felicidad, mi sonrisa se fundían en lágrimas procedentes del dolor al imaginarme de nuevo inmersa en mi mundo gris, hasta que un día... de nuevo apareció el huracán llevándose consigo gran parte de esos pensamientos que entorpecían la felicidad que ambos queríamos compartir. Desde ese día nada y nadie podrá evitar que esto salga como nosotros queremos y ahora sólo quiero que todo lo que deseamos mes a mes, día a día, minuto tras minuto, y segundo tras segundo... dure eternamente.
Que hermoso... Gracias por tan hermosa publicación
ResponderEliminarjaja :)) muchas gracias
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