RESEÑA | RUTHLESS VOWS, REBECCA ROSS

TÍTULO: Ruthless Vows
AUTOR/A: Rebecca Ross
SAGA: Letters of Enchantment 1 | 2
EDITORIAL: Magpie Books
PÁGINAS: 417
GÉNERO: Romance y fantasía
PRECIO: 17,22€
PUNTUACIÓN: ★★★★★

SINOPSIS:

Two weeks have passed since Iris Winnow returned home bruised and heartbroken from the front, but the war is far from over. Roman is missing, and the city of Oath continues to dwell in a state of disbelief and ignorance. When Iris and Attie are given another chance to report on Dracre's movements, they both take the opportunity and head westward once more despite the danger, knowing it's only a matter of time before the conflict reaches a city that's unprepared and fracturing beneath the chancellor's reign.

Since waking below Dacre's realm, Roman cannot remember his past. But given the reassurance that his memories will return in time, Roman begins to write articles for Dacre, uncertain of his place in the greater scheme of the war. When a strange letter arrives by wardrobe door, Roman is first suspicious, the intrigued. As he strikes up a correspondence with his mysterious pen pal, Roman will soon hace to make a decision: to stand with Dacre or betray the god who healed him. And as the days grow darker, inevitably drawing Roman and Iris closer together... the two of them will risk their very hearts and futures to change the tides of the war.

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Desde que me leí Rivales Divinos, deseaba poder hacerme con este segundo libro, pero al ver que FairyLoot iba a sacar una edición exclusiva de esta segunda y última parte de esta bilogía, mi único propósito era conseguir esa maravilla, y en consecuencia, esperarme a tener este precioso libro en mis manos para adentrarme en esta historia.

Esta segunda parte continúa más o menos donde lo dejamos al final de su primer título. Han pasado un par de semanas desde que el ejercito de Dacre decidió atacar Risco Avalon, haciendo que los caminos de Roman e Iris se alejasen el uno del otro. Gracias a la aparición de su hermano Forest en el campo de batalla, Iris vuelve a estar en Juramento, donde cada mañana acude a su puesto de trabajo en la Tribuna de Tinta. ¿Su única motivación? Descubrir si su marido sigue con vida. Pero cuando una mañana ve lo que se encuentra en la portada del periódico de la Gaceta, Iris decidirá embarcarse de nuevo en una estrepitosa aventura de seres fantásticos, dioses y guerra.

Roman no sabe dónde se encuentra, ni quién es toda esa gente que camina de un lado para otro. No sabe con total seguridad cuál de las dos alondras es la suya, pero algo lo incita a elegir la que cree que no le pertenece. Quiere recordar, pero no puede, y cada vez que cierra los ojos, sueña con una mujer que desearía conocer. Una noche, a través del armario que tiene en su habitación temporal, le llega un mensaje de alguien que se hace llamar E. Su lealtad al dios le dice que debe informar de ese hecho a su líder. ¿Su corazón y su instinto? Que se lo calle.

Es así como a través de cartas secretas y palabras que podrían acarrear su muerte, Roman comenzará a enamorarse de esa persona desconocida que escribe tras la otra máquina de escribir.

No sabría decir cuál de los dos libros me ha gustado más. Si que he notado que el primer título tenía mejor ritmo, a diferencia de este, que es mucho más lento. La novela se divide en cuatro partes, y si que es verdad que en las primeras dos no ocurre prácticamente nada, aunque a mi no me ha disgustado para ser sincera. Se nos enseña cómo continúa Iris con su vida tras el ataque que sufren en Avalon, que se niega a divorciarse y a dar por muerto a su marido. Cómo Roman, sin recordar a Iris ni nada, su yo interior sigue incitándolo a protegerla. Cómo vuelve a ocurrir la magia de las alondras, y esta vez cambian las tornas, y es que Roman no conoce a esa chica que teclea en otra máquina lejos de donde él se encuentra, pero a través de sus palabras, volverá a enamorarse por segunda vez de la misma persona.

Lo dicho, si que es lento, pero a mi parecer el ritmo queda relegado a un lado cuando se me presenta algo tan hermoso como esto. Pero cuando sus caminos vuelven a unirse, el ritmo y la trama mejoran aún más, adentrándose en un juego peliagudo que podría dirigir a Roman a la mismísima muerte.

No sé qué tiene esta bilogía, si la forma de escribir de Rebecca o cómo está ambientada la trama, que me parece una historia preciosa y mágica de principio a fin. Y yo que pensaba que solo me podían gustar Roman e Iris, y luego me vienen Attie y Tobias, robándome el corazón también. Cada uno de ellos me ha hecho disfrutar más de la historia y sufrir con ellos en cada situación peliaguda en la que se metían. Eso si, diré que por culpa de Roman casi me dan cuatro taquicardias.

Hablando de la pluma de la autora, en mi opinión su prosa es magnífica y cautivadora. Es una de esas historias que, en caso de que no me gustase mucho la trama, solo seguiría leyendo por la manera tan bonita en la que está escrita la novela. Al igual que en Rivales Divinos, la historia es contada en tercera persona, lo que nos permitirá ir a diferentes lugares de este mundo y ver qué hacen los personajes. En concreto Iris y Roman, aunque en alguna ocasión nos centraremos en otro personaje.

Tras sopesarlo durante un rato, diría que me ha gustado más esta segunda parte que su sucesora. En parte porque me leí la sinopsis del primer libro, la cual, me destripó toda la trama. En cambio, con esta segunda parte, decidí no leer nada y adentrarme en la aventura a ciegas, y me da que ha sido la mejor decisión que he podido tomar tras leer la sinopsis ahora.
Además, adentrándome un poco en la fantasía que se nos presenta, a diferencia del primer libro, en este si que la ha habido. Conoceremos a los dioses de primera mano, incluso a otros cuantos que siguen dormidos, los poderes que tienen y las motivaciones de cada uno de ellos, y nos adentraremos en el mismísimo infierno.

Ruthless Vows de Rebecca Ross ha sido un cierre precioso para esta historia que me ha hecho enamorarme del romance que se nos presenta, la época en la que está inspirada, sus personajes y el cariño con la que está escrita cada línea, consiguiendo que se me escapara alguna lagrimilla.