Y efectivamente no estaba equivocada… solo pasaron unos segundos tras cerrar los ojos para querer huir a trompicones de ese horrible sueño que me arrancaba las lágrimas una por una con cada segundo de esa eterna noche… ese sueño que te controla y te destruye poco a poco, hundiéndote en el más terrible de los delirios.
No se puede obviar algo así, no cuando despiertas empapada en sudor, con los ojos desbordados de lágrimas, la garganta dolorida de gritar y los brazos colorados de abrazarte tan fuerte…
No se puede obviar el dolor en el pecho, ese nudo en la garganta, el retumbar de tu cabeza a la par con los latidos de tu corazón, las náuseas y esas lágrimas que rompen tus ojos, solo con rememorar uno de los segundos de aquella horrible pesadilla.
Y es que nada podría haber dolido más que aquella pesadilla en ese preciso instante… ni tan siquiera miles de cuchillas hundiéndose en mi pecho podrían haberme destrozado de esa manera…
Me sorprende la manera en la que tu cuerpo te martiriza y te destruye atrapando aquello que más temes y plantándolo delante de tu cara en modo de pesadilla. Me sorprende como te atrapa en el delirio de ese sueño, machacándote por dentro y destrozándote de la manera en que lo hace…
Tengo miedo… miedo de volver a dormir, miedo de volver a sumergirme en esas terribles pesadillas… y todavía más que miedo… Terror de que algún día se hagan realidad.
ME ENCANTÓ ESTE RELATO!!! DEFINE PERFECTAMENTE LO QUE SIENTO CUANDO TENGO UNA PESADILLA :O
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