lunes, 30 de diciembre de 2013

Capitulo 4

        -¿Susan, estas ahí?-me pregunto Logan, preocupado por si la llamada había finalizado.
        - Si si, sigo aquí-le dije.
        - Entonces... ¿te apetece salir a la tarde?
        - Salir...
        - Salir conmigo-soltó de repente- los dos solos, nadie nos molestara.
        Me puse aun mas nerviosa de lo que estaba, los dos solos, sin que nadie nos molestara.
        - Eeemmm... claro-le dije- ¿donde quedamos?
        - Tranquila, te voy a buscar-me dijo- ya que se donde vives...
        - ¿Intentas ligar conmigo?-le pregunte, el comenzó a reírse.
        - ¿Eso te parece?-seguía riendo- solo me parece una buena idea ir a buscarte a tu propia casa, nada mas. A las cinco te voy a buscar.
        La llamada finalizó, seguía sentada en el asiento, deje el teléfono, cerré los ojos, intente tranquilizarme. Mire la hora, eran las cuatro en punto, dentro de una hora Logan vendría a buscarme. Rápidamente me levante y me dirigí a mi armario, me saque algo de ropa, me la puse, y me hice una coleta. Ya eran menos cuarto, solo faltaban quince minutos, aproveche para ponerme mi cazadora de cuero. Me senté junto a la ventana, observando la calle, esperando a que apareciera el. Una furgoneta que nunca había andado por esta calle apareció, era un furgoneta verde, se abrió la puerta. De la puerta del conductor salio Logan. Baje corriendo a la calle, y al salir fuera del portal me lo encontré a él, apoyado en la pared. Al verme se puso recto, y se acerco a mi, los dos nos miramos, y de seguido mire la camioneta.
       - ¿Eres bastante mayor que yo, o esta infringiendo la ley?-le pregunte, él se rió.
       - Supongo que infringiendo la ley. ¿Vamos?
       Los dos nos acercamos a la furgoneta, él me abrió la puerta para que entrara, yo entre y cerro la puerta. Él paso por delante de la furgoneta para sentarse en el asiento del conductor. Entró. Yo no miraba a otra parte que no fueran las rayas amarillas de la carretera.
       - ¿A donde vamos?-le pregunte.
       - Al principio te iba a llevar al cine, pero pensé que si lo hacia pensarías que quería ligar contigo. Por eso he pensado en ir al mejor bar de la ciudad a pasar la tarde.
       - A una cafetería...
       - Exacto, ¿te parece bien?
       Todavía no había quitado la vista de la carretera.
       - Claro-le dije.
       Arrancó la camioneta, hizo un tremendo ruido, seguramente echo asta humo, y así nos fuimos hacia aquella cafetería. Seguía nerviosa, y también un poco asustada, no conocía a Logan de nada, solo habíamos hablado hoy, tenia miedo de lo que me podría hacer. Le mire. Estaba concentrado, concentrado en la carretera, era como si... como si ni una mosca pudiera desconcentrarle. El sol chocaba contra su rostro, su pálido rostro, lo que hacia que sus ojos brillaran mas de lo que hacían. Por un momento, mire por el retrovisor, para ver si venían coches detrás nuestro, y como era normal, si, si venían. Mire a Logan por el retrovisor, y vi que me miraba, me miraba con su mirada seductora, o por lo menos a mi me seducía. Sus ojos azules. Él al ver que yo le estaba mirando, bajo la vista, y sus ojos de nuevo, estaban en la carretera. Cruzamos toda la ciudad, y llegamos a las afueras. Me asuste aun mas. ¿Se podía saber a donde me llevaba? Que yo recuerde el dijo que me llevaba a la mejor cafetería de la "ciudad". Pero ya estábamos a las afueras. Entramos en una carretera toda llena de barro. Íbamos a la montaña. Toda la furgoneta se estaba ensuciando de barro, a causa de que a la mañana lloviera. De repente llegamos a un lugar plano, sin ningún bache, Logan aparco en una esquina de la carretera. Alado había una pequeña cabaña. Apago la furgoneta. Saco la llave. Me miró. Yo no lo miraba, miraba al frente. Pero sabia que me estaba mirando, por los buenos reflejos que tengo.
        - ¿Vamos a la cafetería?-me pregunto, yo lo mire, y asentí.
        Abrí la puerta junto a él, y salí, cerré la puerta con suavidad, lo que el había hecho antes que yo. Me acerque a él. Lo mire. Él sonrió. Me hizo una seña con la cabeza para ir a aquella cabaña. Comenzamos a andar, a andar lentamente, pero me daba la sensación que nos desplazábamos bastante rápido, como si estuviera volando. Solo faltaban unos siete metros para entrar a la cabaña, y de repente sentí, sentí que alguien paso su brazo por encima de mis hombros, y agarrándome fuerte. Logan. Ahora, me sentía protegida. Protegida por lo que podría haber ahí dentro, por lo que me podría pasar, por todo.

1 comentario:

  1. ¡Me ha encantado! Pero que tirao Logan ¿no? Jodo, no tiene ni vergüenza el tio. Bueno, o a lo mejor le da una torta Susi por agarrarla... uich, me has dejado con la curiosidad. Espero el siguiente como siempre. Besitos :)

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