No podía quitarle la vista de
encima, miraba sus ojos atentamente, el me miro por un instante, y yo baje la
vista rápidamente.
- -Adiós-
dijo Markel, dándome unas palmaditas en la pierna, y se alejaron.
Mire a Lucia, ella me miró.
- -¿Qué te
pasa?- me preguntó Lucia.
- -¡Es
guapísimo!- le dije.
- ¿Quién?
- -El chico
que estaba a la izquierda de Markel.
- -¡Aaaah!
Ese se llama Logan. Suelo hablar con él a menudo, si te digo la verdad, somos
familiares lejanos.
Sonó el timbre, todo el mundo iba
corriendo a su clase, Lucia y yo comenzamos a bajar las escaleras, y de repente
alguien tiro un avión de papel, que se quedó enganchado en mi pelo. Me gire
para ver quien o quienes habían sido, y vi a unos chicos riéndose de mí.
Alguien me quito el avión del pelo con cuidado. Me gire para ver quién era, era
el, Logan.
- -Te he
quitado el…
- -Avión-
le dije.
- -Si.
- -Muchas
gracias.
- -Lo
siento, pero me tengo que ir- le dije.
Me alejaba, pero él me agarro del
brazo, yo me gire inmediatamente.
- -¿Podemos
ir luego a casa?- me preguntó- quiero decir juntos, si te apetece, claro.
Estaba seria, el vio que no respondía
y me soltó la mano, me salió una gran sonrisa.
- -Claro,
me encantaría volver a casa contigo.
El sonrió. Yo me dirigí a mi
clase, ya tarde. Toque la puerta, Sam, un chico de mi clase me abrió.
- -Corre,
todavía no ha venido el profesor- me avisó- pero vendrá pronto.
Rápidamente prepare mis cosas. De
seguido me senté en mi silla, y justo, entró el profesor de historia. Un hombre
bajito, calvo, bigotudo, con una nariz chata y rellenito. Se dirigía a su mesa,
ósea a la mesa donde suelen estar todos los profesores que suelen venir a esta
clase, se dirigía a ella con un paso pequeño pero rápido, mientras que su
cuerpo se movía de un lado a otro, lo que a mí me hacía gracia. Se llamaba
Walt, Señor Walt, el típico profesor que te cuenta toda su vida, en vede darte
clases, lo que a mí no me hacía ni una pizca de gracia, porque después sabía lo
que venía, te lo daba todo de una tirada. Dejó caer sus cosas encima de la
mesa, lo que hizo gran ruido, se puso en medio de la clase y se nos quedó
mirando.
- -Buenos
días a todos- dijo con su voz aguda- espero que halláis pasado unas buenas
vacaciones, y bueno, otra vez volvemos a la típica rutina.
- -Pppfff…-
se escuchó por atrás.
- -Pero hay
que mirarlo por el lado positivo, solo nos faltan 287 días para que termine
este curso, ósea solo cuarenta y un viernes.
Y así pasó toda la clase, hablando
de sus vacaciones. Sonó el timbre, era hora de ir a casa, guarde las cosas rápidamente
en la mochila, no quería quedarme sola o la última en clase guardando las
cosas. Salí de clase, vi que Logan estaba hablando con unos chicos, seguramente
sus amigos. Pensé que lo molestaría, por eso decidí irme a casa sin decirle
nada.
Iba a un paso ligero, detrás, a
unos metros de unos chicos. De repente note que alguien me agarraba del hombro,
me gire asustada.
- -Hola- me
dijo Logan- te has ido sin mí.
- -Es que
he visto que estabas hablando con tus amigos, y no quería molestar, por si
estabais hablando de algo importante.
Hubo un silencio muy incómodo,
los dos andábamos a paso ligero, el me agarro del brazo con suavidad.
- -¿Te
importa ir...?- me preguntó, no escuche lo ultimo- me parece normal que nadie vaya contigo.
Gire la cabeza y le mire con una
mirada amenazadora.
- -¿Se
puede saber porque dices eso?- le pregunte enfadada- me da igual lo que la
gente piense sobre mí, que la gente piense que soy fea, que tenga una mierda de
casa, que este gorda, que mi padre nos dejó, que soy una mierda. ¡Me da igual!
Él se paró, y se me quedo mirando
asombrado. Yo me gire y seguí andando, pero lentamente. El siguió mi paso, y fuimos
los dos juntos.
- -Me refería
que andabas rápido- comentó.
- -Lo sé,
me he dado cuenta después, lo siento por haberte montado el numerito.
- -No
quiero entrometerme en tu vida pero… ¿Qué es eso de que tu padre te dejo?
- -Yo tenía
siete meses, mi padre trabajaba de taxista, tenía un buen sueldo para tener ese
empleo, un día se fue a trabajar, y no volvió nunca más.
- -Ósea que
era el típico hombre que dijo “Voy a comprar tabaco” y luego nunca volvió.
- -Si, o
eso me ha contado mi madre.
- -Lo
siento- me dijo.
- -Tranquilo,
no lo conozco de nada, y tampoco siento nada por él, solo sé que fue un
gilipollas que dejo a una mujer con su hija recién nacida.
Ya estábamos delante de mi casa,
delante de la puerta del portal, una puerta de hierro ya desgastada ya que
tenía bastantes años, el portal era algo estrecho, con un tapizado antiguo,
junto con unas lámparas o luces, horripilantes.
- Adiós-
le dije, el asintió, y se alejó con un paso ligero. Yo me reí.
- -¡¿No te
cansabas a ese paso?!- le grite.
Él se giró con una sonrisa en la
cara, andando hacia atrás.
- -¡Era
mentira, solo quería pasar más tiempo contigo!
guau me encanta, deseando que publiquéis ya el siguiente capítulo
ResponderEliminarMuchas gracias :3
EliminarNoe gracias por visitar el blog. Me alegro mucho de que te alla gustado visitare el vuestro y el de Irene cuando pueda.
EliminarEl final del capítulo es... Mágico jaja. Me encanta. Can't wait for the next chapter ^^
ResponderEliminarAngy
Muchas gracias Angy :3
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